Niño activo hoy, hombre sano mañana

"Estoy cansado ", "tengo sueño ", "no quiero salir "... Todas estas frases son típicas de personas apáticas, con poca energía en su día a día y las que posiblemente no tienen un pasatiempo o deporte para disfrutar sanamente. ¿Por qué sucede esto? La respuesta es sencilla: costumbre y mal hábito.

Se considera que los niños, mientras más "gorditos", más lindos y sanos están, esto, aunque es frecuente, no es lo correcto. Desde pequeños hay que enseñarles que una vida sana a su edad, es una fórmula compuesta por una buena alimentación y deportes como actividad extra, considerando que están en una etapa de desarrollo y crecimiento físico -mental y esta es la base para formar hombres y mujeres proactivos en el futuro.

Un niño necesita tres comidas regulares y dos meriendas. Deben establecerse los horarios de estas meriendas y siempre estar atentos a las cantidades que consuman. Es posible que los más pequeños de la casa coman menos un día y más el día siguiente, su apetito depende de su crecimiento y nivel de actividad.

Un ejemplo común son los niños que practican béisbol, futbol o basquetbol (por citar los deportes más conocidos), madrugan para ir al colegio, hacen tareas y estudian para exámenes. Cuando tienen una actividad física tan movida se les debe crear el hábito de comer lo suficiente, pero sano, tomar agua y dormir las 8 horas reglamentarias para evitar el agotamiento, de esta manera crean poco a poco un estilo de vida y seguramente esta seguirá siendo su rutina aun cuando sean adultos.

Caso contrario sucede cuando estudian, pero pasan más de tres horas diarias frente al televisor o en el computador jugando, lo que les crea ansiedad debido al trabajo constante del cerebro y hace que consuman una cantidad elevada de meriendas que incluye golosinas, carbohidratos, etc. Frente a esta situación los padres deben tomar conciencia y crear medidas a tiempo para evitar que desarrollen enfermedades cardiovasculares, problemas con su crecimiento físico a corto, mediano o largo plazo.

Es recomendable que los padres conozcan los cinco grupos de comidas para saber combinarlos y acostumbrarlos desde un principio a consumirlos todos en las porciones Recomendadas. Cada grupo proporciona algunas de las sustancias nutritivas y la energía que los niños necesitan. Ningún grupo alimenticio es más importante que otro para crecer y ser saludables.
Y recuerde que los hábitos de los padres son el patrón a seguir de los niños.

Olga Martínez