Corrupción, divino tesoro

La política es un mundo muy corrompido y en absolutamente todos los países, desarrollados o subdesarrollados, el fenómeno de la corrupción toca sus puertas.

Actualmente, el caso "más sonado es el del ex presidente panameño, Manuel Noriega. Se le dictó sentencia ayer en Francia, a 7 años de cárcel por el delito de lavado de dinero de 2,3 millones de euros, procedente del narcotráfico colombiano entre 1988 y 1989. El tribunal de Paris también exige una indemnización de 1 millón de Euros para el Estado panameño.

Noriega venía de cumplir 20 años de condena en los Estados Unidos y fue este gobierno quien otorgó su extradición el pasado mes de abril a Francia, para ser sentenciado nuevamente en ese país. La condena nueva es menor a la que se le había dictado en 1999, pero por no haber estado presente, el ex dictador pidió que se volviera a realizar.

Varios países se pelean para seguir privando la libertad de Noriega y es que en Panamá, donde gobernó bajo un régimen dictatorial y sangriento, se solicita una condena de más de 20 años por asesinatos.

Los países latinoamericanos han sufrido desde siempre el fenómeno de la corrupción, por no tener unas leyes firmes que hagan de esto un delito que pocos quisieran realizar por temor a que se le aplique todo el peso de la ley. Sin embargo, en países desarrollados y donde las leyes se cumplen al pie de la letra existe esta mala maña.

Panamá no ha sido el único lugar donde esta situación se ha dado, también es bueno recordar la situación vivida en Argentina hace algunos años, donde la economía se derrumbó por la acción de la corrupción por parte de sus gobernantes. Y es que pareciera que llevar la responsabilidad de ocupar un cargo público es sinónimo de tener suficiente poder para robar el dinero del pueblo.

Vanesa Martín