Dedicarle a tu cuerpo no es una pérdida
de tiempo

La actividad deportiva requiere de tiempo y dedicación. Mas que un cliché, es una verdad del tamaño de una catedral. No podemos esperar que nuestro cuerpo asimile 15 minutos de trote, si ni siquiera caminamos una cuadra para comprar el periódico.

El primer paso para establecer una rutina de ejercicios, es desechar las excusas; no tengo tiempo, no hay lugares, no me gusta ir solo, todo eso como parte del arsenal que nuestro lánguido estilo de vida nos ofrece.

Un parque con una camineria, una plaza, calles con poco tránsito nos da la opción de estirar los músculos, hacer circular aire fresco a través de nuestros pulmones y poner nuestra bomba interna a trabajar. La determinación de robarle un tiempo a la pereza o al estrés puede verse reflejado gratamente en nuestra salud. El ejercicio te revitaliza, fortalece tu cuerpo y retarda posibles afecciones típicas del paso del tiempo. Pero debe tomarse como un proceso gradual, es lo mismo que aprender un idioma, no se puede pretender dar una conferencia en francés si estas en el primer nivel, por más atrevido que seas.

El ejercicio debe convertirse en parte de tu vida, así como recuerdas pagar las tarjetas de crédito, la luz, el teléfono; debes extrapolar esa conducta responsable al momento de cuidar tu cuerpo y mente.

Empezar caminatas de 10 a 15 minutos diario te ayudará a ir acondicionando los músculos, a medida que tu cuerpo se acostumbre a trabajar podrás avanzar con pequeñas carreras de 5 a 10 minutos y así poco a poco vas progresando mientras se fortalece todo tu organismo.

Si compras esta idea por completo, entonces la rutina de hacer ejercicio, puedes unirte a grupos de ciclistas aficionados que salen todas las noches a rodar por algunas zonas de la ciudad. En el Cafetal se reúne un grupo que recorre Santa Paula y sus adyacencias, por ejemplo.

Date una oportunidad a ti mismo de madurar saludablemente con un una vida llena de esperanzas, mas que una esperanza de vida promedio llena de avatares.

José A. Aguilar Sanz